17.4.04

Ayer no fui al cine, estuve jugando al mus hasta las tantas de la madrugada. La perejita de moda fue Jim y yo contra Irene y Gema. Ganamos pero nos costó lo nuestro. Aunque Gema no lo hace nada mal le supera ampliamente Irene. Jim tampoco lo hace mal, juega como yo más o menos: o sea como un campeón. Lo pasé bien, tan bien que no tenía sueño y al final cuando todo el mundo se fue a la cama nos quedamos Irene, Elena y yo tomando la última. Descubrimos un barecito pequeño cubano con muy buena pinta y muy cerca de donde solemos quedar, me parece que vamos a visitarlo con regularidad. Está justo al lado de la tetería a la que me llevó Gloria hace unos meses, un sitio precioso.
Conseguí aparcar en el centro, la verdad es que desde que Nuria me dijo cual era el truco no suelo tener problemas y no he vuelto a dejar el coche en el párking. Estoy deseando que abran el metro toda la noche los fines de semana porque a mi me va a venir fenomenal.
No se si os he dado la imagen de que estaba triste estos últimos tiempos...a una amiga que quiero mucho y me lee si y se ha preocupado -¡lo siento!- Os diré que aunque no estoy en mi mejor momento intento distraerme lo mejor que puedo. Hay una enorme diferencia entre estar mal "internamente" o estarlo por las circunstancias. Las circunstancias se pueden controlar "no hay mal que cien años dure", lo peor es pasar por lo que pasé yo los últimos meses del pasado año. Eso si que es malo, sólo se lo deseo a mis peores enemigos. En serio: estoy tristón pero no más de lo que suelo estarlo habitualmente, como diría un psiquiatra del siglo pasado "perteneces al género melancólico". Si, pertenezco, ¿y qué?