Se que voy a sonar insolidario pero no me importa. Leo en El País que hay en Madrid 800.000 emigrantes que hacen "el trabajo que los madrileños no quieren". ¿Cuántos parados somos en Madrid? Claro que no queremos esos trabajos. No queremos que nos paguen el salario base -que se han negado a subir los empresarios y que os recuerdo que no llega a 600 euros al mes-, no queremos que nos hagan contratos de mierda y no queremos ser explotados. Los emigrantes son una mano de obra excepcional: necesitan poco salario -viven hacinados en casas comunes mientras que nosotros queremos vivir independientes-, no tienen seguridad en el empleo y no les importa -peor estarían en su país- y hacen jornadas largas sin quejarse -¿alguien ha escuchado hablar de las 37 horas y media a la semana?-.
Me molesta especialmente que eso lo diga El País. Se supone que es el "medio oficial" del Gobierno y ese argumento me suena a falacia. Resulta que los emigrantes son buenos para la economía, en unos casos porque facilitan mano de obra barata y en otros porque calma la conciencia del capital disfrazando sus "pecados" con una capa de solidaridad.
Pues no, los emigrantes no son buenos. No son buenos porque "rompen" el mercado del trabajo, crean paro dónde no lo había y la mayoría de las veces no consiguen integrarse en una sociedad laboral que los usa como carne de cañón. Es cierto que con todo eso además sobreviven, lo que no podrían hacer en su país, pero no caigamos en la trampa del capital: los emigrantes no tienen la culpa de nada, son manipulados para que los obreros de los países sean maltratados y despedidos. Claro que la culpa no la tienen los emigrantes, a sus propios países les viene fenomenal librarse de ellos: envían riqueza y los gobiernos se quitan un problema de encima.
Tenemos que luchar para que la globalización suponga ventajas y no inconvenientes. Por eso me parece bien que se les regularice, que tengan los mismos derechos que los trabajadores españoles, la nacionalidad, lo que sea...cualquier cosa con tal de que puedan dejar de convertirse en "carne de cañón" y los empresarios puedan elegir al trabajador que le convenga, no al más barato. Ahora no hay igualdad de oportunidades, es una mentira. El empresario inepto - de esos que tanto abundan por ahí- busca al trabajador más barato, no le importa que sea el mejor. ¿Cuántas veces os habéis quejado en un bar porque el camarero no os atiende?, ¿era español?, claro que no lo era, pero el problema no es que no fuera español, hay muy buenos profesionales también fuera de España, es que era el "más barato" que el dueño del bar había encontrado. Y si tu tienes que esperar o se equivocan en tu comanda te jodes.
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