11.3.05

He puesto un rato la TV y todas las emisoras están repitiendo una y otra vez lo que sucedió el 11M. Fue algo muy importante, seguramente nunca conoceremos a los responsables...pero basta ya. Lo peor es que no hay ningún programa serio sino que los mismos petardos de todas las mañanas hacen el mismo petardeo pero desde los lugares de las bombas, entrevistando a los que lo pasaron o a su cuñada maripili. Una y otra vez la televisión muestra que su tarea no es informar sino idiotizar. En lugar de investigar y hacer buenos programas se queda en lo superficial, muestra las heridas una y otra vez pero ahí se queda. ¡Qué asco!

He visto también el primer episodio de «Point pleasant» una serie de la que están circulando cositas en Internet y que me bajé -en inglish pichinglish- porque acaban de empezar a emitirla en la Fox hace un par de meses. El argumento es "mágico", la hija de un demonio se integra en la comunidad de Point Pleasant y de ahí...la verdad es que lo que he visto me ha gustado muy poco. Es como «Beverly Hill 90210», «O.C» o «Roswell», vamos, adolescentes muy monos con padres muy monos que se "cruzan" entre ellos y que demuestra que a pesar de ser yanki, guapo y tener dinero puedes ser muy, muy desgraciado. Es como esas comedias de terror para adolescentes que aparecen todos los veranos en los cines. En cualquier caso le voy a dar un paréntesis con otro episodio más para ver si se centra un poquito.

Y ya lo dice el gran Woody Allen: "El dinero no da la felicidad pero produce un estado muy parecido que es muy difícil de diferenciar de ella."

Quiero esta noche intentar ver «Sideways», me apetece.

No he posteado mucho últimamente porque esto parece ir bastante despacio y a veces escribo y escribo para ver como da error la página. A ver si ahora lo consigo.

He hecho para comer unos filetes con salsita que están para chuparse los dedos. Luego para acompañar he frito berenjena y calabacín. Ayer mi hija dijo que le gustaba más la lasaña congelada -de Maggi- que el rabo de toro. No hay nada como tener 13 años para disfrutar de la comida.