30.3.05

¡Toma ya!

El problema no está en la justicia de Dios, sino en nuestra injusticia. Ya que no hay justo, ni aun uno ( Romanos 3:10). Lo asombroso por lo tanto no es que pasen cosas malas a gente buena, sino que Dios dé tantas cosas buenas, a gente tan mala como somos nosotros
. Esa es la maravilla de su Alianza, que aún si fuéremos infieles, Él permanece fiel (2 Timoteo 2:13). Ya que Dios no nos trata tal y como merecemos. Su amor y su bondad se muestra precisamente en el hecho de que nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su sola misericordia (Tito 3:4-5).