Los imposibles llevan dos días bajando de audiencia, mentiría si no dijera que estoy algo preocupado, pero tampoco quiero agobiarme por dos días, ya veremos que pasa la próxima semana.
Hoy hemos hecho la fiesta del queso y nos hemos reído un montón. Yo he llevado unas croquetas de queso y una tortilla que ha causado sensación. He mentido y he dicho que la había hecho yo, pero la verdad es que la ha hecho Marisa. Pero bueno, es una mentirijilla y la verdad es que cocino bastante bien, ¿o no?
Estoy chateando con Laura desde la terraza. Tiene gracia: ella en su cuarto y yo aquí, los dos hablando a través de nuestros ordenadores. Y hablando de ordenadores...voy a prender fuego a Microsoft.
¿Por qué? Pues porque hoy de repente decía que en la máquina de Laura había conectividad limitada o nula. Así, con dos cojones y un palito, luego he tenido que iniciar el asistente de configuración de red en todas las máquinas y nada. Al final ha vuelto a funcionar menos en el portátil y después de una hora he descubierto que era el puto firewall de windows que se iniciaba automáticamente y bloqueaba la conexión porque le daba la gana. Ya pareece que funciona pero no las tengo todas conmigo de que mañana por la mañana cuando inicie el sistema todo funcione otra vez. Me encanta windows.