4.4.05

He estado en La Vaguada, he conocido a Mónica -sólo la conocía por email- y me he tomado un café con David. Cada día es más enorme ese hombre, creo que ha engordado 30 kilos desde la primera vez que le vi. El tema era que en julio cambian de dueños y no sabe que va a pasar conmigo, me ha transmitido tranquilidad pero también que no tiene ni idea que va a ocurrir con todos los proyectos de la actual administración de La Vaguada. Me parece que también se me acaba ese trabajito. La verdad es que nunca me he caracterizado por ser optimista y en este caso vuelvo a pensar en lo peor. Por mucho que él me diga que cree que no pasará nada, si el río suena, agua lleva.

A pesar de todo hoy me encuentro animado, no sé muy bien el motivo porque no hay ninguna razón para ello. Ni siquiera acompaña el tiempo -está nublado-.

En España hay dos días de luto oficial. Es el primer estado no confesional que declara luto oficial por la muerte del dirigente de una religión que no es la suya -¿habéis leído la Constitución?-. Una muestra más de que la Carta Magna no sirve para nada, es papel mojado y que por supuesto la que nos intentaron colar en la CE tampoco sería más que otra invención para aparentar. También dice eso de que "todos los españoles tendrán derecho a una vivienda digna" -¿cuánto cuestan los pisos?- o "a un trabajo digno" -¿cuántos parados somos?-. Nuestro amigo ZP debería preocuparse más por esas cosas que por quitar estatuas y declarar lutos oficiales.

En mi viaje a La Vaguada he descubierto dos nuevas obras en Madrid que hacen que atravesarla sea aún más divertido que antes: en Sinesio Delgado tienen todo menos un carril cortado, el atasco llega hasta la M-30, lo que antes era un paseo de 10 minutos ahora se convierte en un calvario de 45. Y a la vuelta -segunda obra- es mucho peor, he tenido suerte porque no había mucho tráfico pero hay un carril dónde había tres y dos semáforos dónde no había ninguno. ¡Ah! ¡Y dos salidas de camiones que no me han pillado! Hay que conseguir que Gallardón se vaya.