23.12.03

Hoy estoy un poco tierno. Me he despertado muy pronto y he tenido sueños desagradables. He estado navegando sin rumbo por mi disco duro y he encontrado esto:
"Hoy no voy a mandar ninguna cita, hoy voy a hablar de una persona que no podrá recibirlas de ahora en adelante. Os voy a hablar de un amigo al que voy a echar mucho de menos, más de lo que él se imagina. Voy a hablaros de Javi.
Javi es una de esas personas que cuando se cruzan en tu vida te das cuenta de que no estás solo. Es alguien con el que compartir momentos difíciles. Es alguien que aunque esté sufriendo siempre tiene un momento para escucharte y es capaz de olvidar su propio dolor para intentar aliviar el tuyo. Eso no lo hace mucha gente. No lo hace casi nadie. Se llama empatía y es un don.
Con Javi yo he compartido muchas cosas. He escuchado sus problemas y le he contado los míos. Siempre he recibido una palabra de apoyo aunque él no estuviera en su mejor momento. Javi es de esas personas que además te dejan que les ayudes, que no ocultan su sufrimiento porque saben que los amigos estamos para apoyarnos. Nota cuando sufres y lo comparte para aliviar tu carga. Nunca te falla.
Su filosofía de vida se parece bastante a la mía y me ha enseñado muchas cosas en el escaso tiempo, -demasiado poco, de verdad- que hemos estado juntos. Él piensa que no, que no ha aportado nada a mi vida, a nuestra vida, es así de modesto, pero solo su compañía y su apoyo ya han sido suficientes para darme cuenta de que hay gente diferente por la que merece la pena estar en este mundo.
Javi tendrá para siempre un hueco en mi corazón porque tiene luz en su interior. Esa luz que otros intentan arrebatarnos porque no saben como crear la suya propia. No saben que es una energía que nunca conseguirán extinguir. A veces los “dragones” -los llamamos así, ¿verdad Javi?- atacan y la convierten en rescoldos, pero entonces la gente como él te pone la mano en el hombro, te mira, y sientes como se vuelve a encender la llama con fuerza renovada. A las personas que roban esa luz, a los vampiros de ilusiones, alguna vez se les apagará y no les quedará nada para volver a encenderla. Javi no estará allí para ayudarles.
Hoy le decía a una amiga que estaba triste que no tenía derecho a rendirse, porque cada persona buena que tira la toalla le da más energías a las personas que convierten este mundo, que debería ser un paraíso, en un purgatorio. Javi es así, no tiene derecho a rendirse porque le necesitamos: es un ejemplo a seguir. Es el chico 10.
Me emociono y me doy cuenta de que hay muchos de vosotros en esta lista de correo que no le conocéis. Deberíais, porque es un AMIGO. Es ese amigo que aunque dejes de ver sabes que está ahí, que no olvida el pasado, porque olvidar es el comienzo del desastre. Es esa persona a la que todos nos gustaría imitar pero no tenemos el valor de hacerlo y nos limitamos a admirarle. Yo le admiro y no me avergüenzo de decírselo, nunca me he avergonzado de mis sentimientos, eso lo dejo para los “dragones”. Admiro como lleva su dolor cuando sufre, admiro su valor para seguir adelante cuando todo está oscuro y cuando sea mayor, para lo que para mi desgracia no queda demasiado, quiero ser como él. Ahí es nada.
Le echaré de menos, mentiría si no dijera que es una de las personas que más quiero y cuya amistad más me importa. No te vas, no nos dejas, siempre estarás con nosotros, estés lo lejos que estés, siempre podré decir que Javi “mola mazo”."
Lo escribí cuando despidieron a un amigo de la tele, ahora Javi está aquí conmigo -no en este mismo momento que son las 7 de la mañana- pero acaba de volver de Canarias y se va el 28. Sigo pensando lo mismo. Y no, no soy gay.
Cuando escribí esto hubo una ex amiga a la que no le gustó nada y me pidió de malos modos que no le mandase estas cosas, creyó que me refería a ella en algún pasaje...y tenía razón. Pero Javi le caía bien, si no le gustó es porque le remordería la conciencia por algo que hizo. Que digo: no tenía conciencia.
Bueno, disfrutadlo.
Por cierto: hoy es mi aniversario. 14 años ya.